Amistad

El verdadero amigo es aquel que a pesar de saber como eres te quiere.

Amor

Ama y haz lo que quieras. Si callas, callarás con amor; si gritas, gritarás con amor; si corriges, corregirás con amor, si perdonas, perdonarás con amor. (San Agustin)

Oración

Reza como si todo dependiera de Dios. Trabaja como si todo dependiera de ti. (San Agustin)

Problemas

Sólo por hoy trataré de vivir exclusivamente el día, sin querer resolver el problema de mi vida todo de una vez. (Juan XXIII)

Excelencia

Somos lo que hacemos día a día. De modo que la excelencia no es un acto sino un hábito. (Aristoteles)

La corona de adviento











La Corona es un círculo de follaje verde, que no tiene principio ni fin, lo que hace recordar la eternidad de Dios y nos hace pensar en los miles de años de espera en el Hijo de Dios. El follaje verde puede ser de abeto, pino o de algún otro material artificial. El verde está relacionado con la esperanza de la vida; muchos le dan el significado de un tiempo especial de crecimiento espiritual y de gracia santificante.

El Tiempo de Adviento tiene una doble índole: es el tiempo de preparación para las solemnidades de Navidad, en las que se conmemora la primera venida del Hijo de Dios a los hombres, y es a la vez el tiempo en el que por este recuerdo se dirigen las mentes hacia la expectación de la segunda venida de Cristo al fin de los tiempos. Por estas razones el Adviento se nos manifiesta como tiempo de una expectación piadosa y alegre.

El tiempo de Adviento comienza con las primeras Vísperas del domingo que cae 28 de noviembre o es el más próximo a este día, y acaba antes de las Vísperas de Navidad.

Las cuatro velas significan, cada una, una semana de adviento, es decir, simbolizan el tiempo de esperanza y arrepentimiento. La Corona debe llevar tres velas moradas y una color rosa, cuyo color denota alegría y gozo. Se coloca la Corona en el centro de la mesa del comedor con las cuatro velas, esto simboliza la santidad de la familia y lo sagrado del hogar.

Cada familia tiene su forma para adornarla, unos prefieren ponerle listones rojos simbolizando la fuerza y el poder. Las campanas sirven para llamar a los ángeles y anunciar la llegada del hijo de Dios, además de limpiar el ambiente por medio del sonido. Cada domingo de adviento se enciende una vela junto con una oración. El encendido gradual es el símbolo del anuncio del Mesías a través de los siglos. Y su significado es como sigue:

Primer Domingo de Adviento. Bendición de la corona y significado de ésta: Cristo es la Luz del Mundo, que viene a nosotros y nuestro corazón la anhela y la busca. La familia se reúne en torno a la Corona y se prende la primer vela.

Segundo Domingo de Adviento: La Esperanza por la cual confiamos en el Padre y en sus promesas, principal sentido del Adviento. Se encienden dos velas

Tercer Domingo de Adviento. La Purificación: Se encienden tres velas.

Cuarto Domingo de Adviento. La alegría del nacimiento de Jesús: Se encienden las cuatro velas.

Roma, la ciudad eterna


  

Luz del mundo - Un libro hace historia al hablar Benedicto XVI

Por Michaela Koller

El lanzamiento del libro de la entrevista del Papa Benedicto XVI. “Luz del mundo” ha encontrado  una enorme acogida mundial. La demanda tan extraordinaria de este libro del periodista alemán Peter Seewald ha llevado a la editorial alemana Herder a doblar el numero de ejemplares en esta primera semana.

La Ultima Casa

Un viejo carpintero comunicó al contratista para quien trabajaba sus planes de retirarse del negocio de construir casas para disfrutar de su familia.  Reconoció que echaría de menos su trabajo y su cheque pero había llegado la hora de decir adiós.

El contratista le pidió si el pudiese construir solo una casa mas como un último favor personal. El carpintero aceptó, pero el tiempo demostró que su corazón ya no estaba en su trabajo. No ponía el mismo cuidado y utilizaba materiales de inferior calidad. Fue una desafortunada manera de terminar una carrera dedicada.

Cuando el carpintero terminó su trabajo, el empleador vino a inspeccionar la casa y al final le entregó al carpintero la llave de la casa diciéndole, “Esta es tu casa, es mi regalo de despedida.”

El carpintero se asombro. ¡Qué lastima, si hubiese sabido que estaba construyendo su propia casa, hubiese hecho las cosas tan diferente!

Así es con nosotros. Construimos nuestras vidas día tras día, muchas veces poniendo menos de lo mejor en el edificio. Entonces nos asombramos cuando nos damos cuenta que tenemos que vivir en la casa que hemos construido. Si pudiéramos hacerlo de nuevo lo hubiésemos hecho muy diferente. No se puede regresar, pero si te queda el futuro.

Tu eres el carpintero. Cada día martillas un clavo, colocas una madera, o construyes una pared en tu propia vida. Tus actitudes y lo que eliges hoy construyen “la casa” donde tu vivirás mañana.
¡Construye sabiamente en Cristo!
Hechos 20:32
Ahora os encomiendo a Dios y a la Palabra de su gracia, que tiene poder para construir el edificio y daros la herencia con todos los santificados.
I Pedro 2:5
También vosotros, cual piedras vivas, entrad en la construcción de un edificio espiritual, para un sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales, aceptos a Dios por mediación de Jesucristo.
II Corintios 5:1
Porque sabemos que si esta tienda, que es nuestra morada terrestre, se desmorona, tenemos un edificio que es de Dios: una morada eterna, no hecha por mano humana, que está en los
cielos.

Vida terrena es peregrinación hacia la eternidad

Tras la celebración eucarística con los 24 nuevos Cardenales creados en el Consistorio de ayer, el Papa Benedicto XVI rezó el Ángelus dominical desde la ventana de su estudio del Palacio Apostólico con los miles de fieles y peregrinos reunidos en la Plaza de San Pedro, recordando que Dios concede siempre mucho más de lo que se le pide, incluso la vida eterna con Él en el Cielo.



“Justamente desde la cruz Jesús está a la altura de Dios, que es Amor. Es ahí que se lo puede conocer. Jesús nos da la vida porque nos da a Dios. Y nos lo puede dar porque Él mismo es una sola cosa con Dios”, dijo el Papa meditando en el día en que la Iglesia celebra la Solemnidad de Cristo Rey.

El Santo Padre agregó que “mientras el Señor parece confundirse entre los dos ladrones, uno de ellos, consciente de sus propios pecados, se abre a la verdad, alcanza la fe y pide al rey de los judíos: ‘Jesús, acuérdate de mí cuando entres en tu reino’. De Jesús, el llamado ‘buen ladrón’ recibe inmediatamente el perdón y la alegría de entrar en el Reino de los Cielos. Jesús desde el trono de la Cruz, acoge a cada hombre con infinita misericordia”.

Citando a San Ambrosio de Milán, el Papa agregó que el episodio del buen ladrón es un “hermoso ejemplo de la conversión a la que debemos aspirar: el buen ladrón recibe el perdón y la gracia es mucho mayor del pedido; el Señor en efecto da siempre más de lo que se pide… la vida es estar con Cristo, porque donde está Cristo ahí está el Reino”.

Más adelante Benedicto XVI habló del camino del amor que Dios revela y nos invita a recorrer, un camino que “podemos contemplar en el arte cristiano. En efecto, antiguamente, ‘en la construcción de edificios sagrados fue habitual representar en el lado oriental al Señor que regresa como rey, imagen de la esperanza, y en el lado occidental el Juicio final como imagen de la responsabilidad por nuestra vida. Esperanza en el amor infinito de Dios y compromiso por ordenar nuestra vida según el amor de Dios”.

Finalmente el Papa encomendó a los nuevos Purpurados del Colegio Cardenalicio “y nuestro peregrinar terreno hacia la eternidad” a la Virgen María.

Frases para crecer

El enemigo invencible




Una historia de castillos, príncipes, servidores y combatientes. El odio no admite rival... Una fantástica historia que te hará reflexionar.

Erase una vez un castillo abandonado. Antigua morada de grandes y generosos reyes. Estaba casi derruido, la humedad hacía que las piedras de los muros brillaran ante la tenue luz de algunas antorchas. En una parte recóndita de aquella fortificación prácticamente arruinada, estaba la habitación del príncipe, asegurada dentro de la roca misma de la montaña que le servía de cimientos. Y ahí estaba él, solo, mordisqueando sus furias y resentimientos. El rostro que alguna vez había sido bello estaba lleno de cicatrices, y la crueldad de aquellos ojos era rivalizada únicamente por una sonrisa amargada que le daba ese aspecto tan feroz como nocturno.

El soberano esperaba impaciente la llegada del prisionero. Había sido una larga cacería. Todas la astucia del príncipe (que no era poca) fue necesaria para atrapar a su odiado disidente. Las frenéticas tropas habían acosado a su objetivo desde tiempos que ya no podía ni siquiera recordar. Sin embargo su adversario parecía invencible. De todos los obstáculos que hábilmente le había colocado salía siempre librado misteriosamente.

La corte entera esperaba la acariciada promesa de aquel mercenario: “Yo lo mataré”.

Junto al príncipe merodeaban nerviosos guerreros de un aspecto estremecedor. En una esquina, se encontraba un personaje con un martillo. Sus golpes eran contundentes, tenía una fuerza portentosa. Sus sorpresivos ataques eran de una efectividad sorprendente, particularmente ante oponentes de corazón débil. Él había tratado de aniquilar una y otra vez al enemigo del príncipe, pero su martillo y sus ataques sorpresivos mellaban las fuerzas del contrincante, pero no le destruían.

Mientras el guerrero del martillo daba vueltas por la habitación del príncipe, otro mercenario más temible observaba sus manos, perfectamente cuidadas. Nadie podría creer que era un guerrero, y en eso estaba su fuerza. Su rostro femenino, las maneras dóciles, un lenguaje sutil y penetrante eran suficientes para que sus contrincantes quedaran rendidos a los pies sus perfumados encantos. Sin embargo, tras aquel rostro bello y atrayente había un corazón podrido.

Había muchos otros servidores y combatientes que también habían intentado destruir al enemigo del príncipe. Estaba el gigante de piedra que aplastaba cualquier cosa a su paso, la mujer de hielo que congelaba cuanto tocaba, la mendicante que robaba todos los recursos materiales de sus enemigos y los dejaba sin medios para combatir, también estaba la peste, que a los corazones más curtidos acababa haciéndolos caer en la desesperación.

Y a pesar de tan feroces adversarios, el enemigo del príncipe siempre había salido airoso de todos los combates. Maltrecho, herido, lastimado en lo más profundo, pero vivo, y es que bastaba con que quedara un pequeñismo aliento de vida para que volviera a crecer y, peor aún, a fortalecerse.

Todos los intentos habían sido vanos, hasta que llegó un nuevo mercenario de una región alejada. Cuando le vieron entrar a la corte del príncipe todos se burlaron de él. Su aspecto no tenía nada de temible. Parecía un campesino común y corriente. Pasaba desapercibido por donde merodeaba. Aquel aspecto ordinario era su escudo, más efectivo que uno de hierro forjado. Cuando se presentó al príncipe prometiendo que mataría al enemigo todos rieron con excéntricas carcajadas. Sin embargo, nadie rió cuando extendió su mano y mostró unos pequeñísimos alfileres. El guante que protegía las manos de aquel mercenario de aspecto vulgar contenía miles de millones de diminutos alfileres. Al instante los arrojó hacia uno de los soldados de la corte. Nadie vio aquellas insignificantes agujas volar por el aire. Ninguno vio tampoco cómo penetraron la armadura del soldado. Ni siquiera la víctima sintió cómo se clavaron aquellas puntas afiladas en su carne. El personaje dijo al príncipe “No tengo prisa. Puedo matar a tu enemigo como ya he matado a tu soldado. Lo ves de pie, y no siente nada. Volveré en seis meses y me dirás si crees que puedo aniquilar a tu adversario.”

Y, efectivamente, pasaron seis meses. El soldado comenzó a sangrar a las pocas semanas. Eran gotas imperceptibles. Las puntas de los alfileres se habían clavado en su carne creando millones de heridas imperceptibles, tan menudas que era imposible verlas y por tanto curarlas. El soldado sufrió una agonía larga, aunque indolora. Simplemente moría un poco cada segundo. Hasta que un día, sin que nadie pudiera evitarlo, el soldado cayó muerto ante el irremediable mal que el mercenario había arrojado sobre él.

El príncipe, con mueca maligna, esperaba ansioso la llegada del cautivo, su perenne enemigo había caído en su trampa, creyendo que aún estando preso nada podrían contra él. “Muy equivocado” meditó el príncipe.

Las horas de espera fueron largas y llenas de agitación. El mismo aire escapaba de los pulmones del soberano que esperaba ansioso la llegada del cautivo.

De pronto, se abrieron las puertas del recinto y los soldados arrojaron al centro de la pieza una figura de deslumbrante belleza. Ni siquiera los golpes brutales habían podido empañar aquel rostro resplandeciente. No era esa belleza lo que enervaba al príncipe, era aquel poder que tenía de rejuvenecer a quien tocara, de llenar de esperanza el corazón que acariciaba. El soberano del castillo detestaba profundamente el brillo que aquel enemigo imprimía en aquellos a los que se acercaba.


El príncipe se puso de pie y se acercó al prisionero macilento. Sin tocarlo (no podría soportarlo) le habló muy cerca del oído.

-Te has burlado de mí. Me has humillado, has hecho lo que has querido en lo que me pertenece. Has resistido todos mis ataques. El Mal Carácter, con su martillo te debilitó, pero seguiste en pie. La ambición con su belleza sensual te arrebató pero no te mató. Y lo mismo ocurrió con la Enfermedad, la Pobreza, y con todos mis aliados.


El príncipe sonrió malévolo y mientras caminaba en círculos contra su contrincante, paladeando el momento de su triunfo.

-Creíste que todo lo podías... mmmm... Amor... Amor... –repitió el príncipe diciendo aquel nombre casi con asco- ¿Quién te crees tú que eres? ¿De donde has salido? ¿Por qué osas meterte en mis dominios? ¿No sabes que tengo poder en toda la tierra? ¿No sabes que soy mas astuto, más viejo, más inteligente y más poderoso que tus seres humanos, a los que tanto cuidas? Amor... Qué nombre tan repugnante. “Nada puede contra el amor” –dijo el príncipe con expresión burlona- “El amor lo puede todo, el amor rompe barreras” ¡Basura! –la expresión del príncipe se volvió rabiosa y atroz y mientras hablaba sus manos temblaban de la ansiedad con las que las pronunciaba. “Este es MI tiempo, MI momento, MI mundo...”


El príncipe se desplomó pesadamente en su trono.

-Pero ha llegado tu fin. ¡Traigan al mercenario!

Las órdenes fueron cumplidas de inmediato, y ahí apareció la ordinaria figura del interesado. Caminó hasta donde estaba el amor. Con rostro flemático le observó.


El príncipe dijo entonces “¡Hazlo!”. El guerrero de aspecto normal metió su mano enguantada en una bolsa y extrajo una miríada de sus artefactos mortales. Hizo el ademán necesario para arrojarlo cuando el príncipe interrumpió la ejecución.

-¡Espera! Antes de que lo hagas... ¿Cuál es tu nombre?

El combatiente ordinario solo pronunció dos palabras.

-La rutina.

Hablar demasiado

 



Has pensado alguna vez, ¿cuál es la personalidad que reflejas a través de tus palabras?



Cierta mañana, mi padre me invito a dar un paseo por el bosque y acepte con placer. El se detuvo en una curva y después de un pequeño silencio me preguntó:

- Además del cantar de los pájaros, ¿escuchas alguna cosa más?

Agudicé mis oídos y algunos segundos después respondí:

- Estoy escuchando el ruido de una carroza.

- Eso es -dijo mi Padre-. Es una carroza vacía.

- ¿Cómo sabes que es una carroza vacía, si aún no la vemos?

- Es muy fácil saber cuando una carroza esta vacía, por causa del ruido. Cuanto mas vacía la carroza, mayor es el ruido que hace.

Me convertí en adulto y hasta hoy cuando veo a una persona hablando demasiado, interrumpiendo la conversación de todo el mundo, inoportuna, presumiendo de lo que tiene (y lo mas seguro no tiene nada), de sentirse prepotente y haciendo menos a la gente, tengo la impresión de oír a voz de mi padre diciendo:

"Cuanto mas vacía la carroza, mayor es el ruido que hace"

Destello de Luz

"Sono entrata in Chiesa un giorno e ho chiesto a Lui con cuore pieno di fiducia: “Perché volevi restare nel mondo, in ogni punto della Terra, nella dolcezza dell' Eucaristia, e non hai trovato, Tu che sei Dio, un modo, di portare e lasciare qui anche Maria, Madre di tutti noi che siamo in cammino?” Mi è sembrato che in silenzio rispondesse: “Non l'ho portata; perché voglio vederLa nuovamente in te”.

?Es posible ser santos?

Claudio De Castro
A menudo me he preguntado: Pudiendo hacer tanto bien, ¿Por qué no lo hacemos?
Pensé que debían existir personas diferentes, aquellos que transforman el mundo en un mejor lugar para vivir. ¿Quiénes eran? ¿Dónde encontrarlos?

De pronto, un día, leí esta frase de una joven, Chiara Luce:
“Para hacer ciudades nuevas y un mundo nuevo no bastan los técnicos, los científicos y los políticos, hacen falta sabios, se necesitan santos”.
Entonces comprendí.
Nos faltan santos.
Necesitamos santos.
Aquellos que se atreven a vivir el ideal de la pureza, la bondad, la búsqueda de Dios. Que desgastan sus vidas por algo verdaderamente grande y valioso: Dios.
¿En qué momento lo olvidamos?
Dios no te pide que seas presidente o Ministro o médico, o arquitecto… te pide que seas santo, que te hagas santo en el camino.
¿Ser santo?
Vivimos en un mundo que nos absorbe, nos transforma. ¿Acaso se puede?
Al tiempo llegó a mis manos la biografía del siervo de Dios Igino Giordani (1894-1980).
La verdad es que me sorprendí. ¿Político, Diputado y santo? ¡¿Cómo era esto posible?!
Fue padre de cuatro hijos, un hombre muy culto, periodista y político… un ejemplo a seguir.
Leí con tanto gusto su biografía. Me dio la clave que buscaba.
La respuesta era tan sencilla. Siempre estuvo frente a mí: “santificar el trabajo”, “hacernos santos mientras trabajamos”. Periodistas, políticos, taxistas, enfermeras, doctores, albañiles.
Ahora he cambiado mi forma de ver al mundo. La verdad me he llenado de esperanza.
Imagina nuestro país con personas que buscan la santidad. Un país donde Dios sea el centro de nuestras vidas. Sería un lugar estupendo.
En estos días el Papa Benedicto XVI habló de san Agustín, aquél santo que buscaba a Dios y Dios le salió al encuentro. Y reflexionó al respecto:
“Hoy en día se tiene miedo de que la Verdad nos encuentre, nos aferre y nos cambie la vida”.
Y yo pensé:
“Es verdad. Le tememos a la Verdad”.

Pasajes representativos de la exhortación apostólica de Benedicto XVI


CIUDAD DEL VATICANO, jueves 11 de noviembre de 2010 (ZENIT.org).- Publicamos algunos de los pasajes representativos de la exhortación apostólica postsinodal "Verbum Domini", de Benedicto XVI, en la que recoge las conclusiones del Sínodo de los Obispos del mundo, celebrado en el Vaticano en octubre de 2008, sobre "La Palabra de Dios en la vida y en la misión de la Iglesia". 
* * *
Objetivo: "Deseo indicar algunas líneas fundamentales para revalorizar la Palabra divina en la vida de la Iglesia, fuente de constante renovación, deseando al mismo tiempo que ella sea cada vez más el corazón de toda actividad eclesial" (n. 1)
Religión de la Palabra, no del libro: "La fe cristiana no es una 'religión del Libro': el cristianismo es la 'religión de la Palabra de Dios', no de 'una palabra escrita y muda, sino del Verbo encarnado y vivo" (n. 7):
Tradición y Escritura: "Es la Tradición viva de la Iglesia la que nos hace comprender de modo adecuado la Sagrada Escritura como Palabra de Dios. (n. 17)
Sagrada Escritura, inspiración y verdad: "La Sagrada Escritura es la Palabra de Dios, en cuanto escrita por inspiración del Espíritu Santo. De ese modo, se reconoce toda la importancia del autor humano, que ha escrito los textos inspirados y, al mismo tiempo, a Dios como el verdadero autor (n. 19).
Dios escucha al hombre: "Es decisivo desde el punto de vista pastoral mostrar la capacidad que tiene la Palabra de Dios para dialogar con los problemas que el hombre ha de afrontar en la vida cotidiana [...] La pastoral de la Iglesia debe saber mostrar que Dios escucha la necesidad del hombre y su clamor (n. 23).
Exégesis: "En el trabajo de interpretación, los exegetas católicos no deben olvidar nunca que lo que interpretan es la Palabra de Dios. Su tarea no termina con la distinción de las fuentes, la definición de formas o la explicación de los procedimientos literarios. La meta de su trabajo se alcanza cuando aclaran el significado del texto bíblico como Palabra actual de Dios (n. 33)
Antiguo Testamento y judaísmo: "La comprensión judía de la Biblia puede ayudar al conocimiento y al estudio de las Escrituras por los cristianos. El Nuevo Testamento está escondido en el Antiguo y el Antiguo es manifiesto en el Nuevo [...] Deseo reiterar una vez más lo importante que es para la Iglesia el diálogo con los judíos ( n. 43).
Biblia y ecumenismo: "Consciente de que la Iglesia tiene su fundamento en Cristo, Verbo de Dios hecho carne, el Sínodo ha querido subrayar el puesto central de los estudios bíblicos en el diálogo ecuménico, con vistas a la plena expresión de la unidad de todos los creyentes en Cristo" (46).
Traducciones, servicio al ecumenismo: "La promoción de las traducciones comunes de la Biblia es parte del trabajo ecuménico. Deseo agradecer aquí a todos los que están comprometidos en esta importante tarea y animarlos a continuar en su obra" (46).
Escritura y Liturgia: "Exhorto a los Pastores de la Iglesia y a los agentes de pastoral a esforzarse en educar a todos los fieles a gustar el sentido profundo de la Palabra de Dios que se despliega en la liturgia a lo largo del año, mostrando los misterios fundamentales de nuestra fe" (52).
La homilía: "Se requiere que los predicadores tengan familiaridad y trato asiduo con el texto sagrado; que se preparen para la homilía con la meditación y la oración, para que prediquen con convicción y pasión" (n. 59).
Celebraciones de la Palabra de Dios: "Los Padres sinodales han exhortado a todos los pastores a promover momentos de celebración de la Palabra [...] Dicha práctica comportará grandes beneficios para los fieles, y se ha de considerar un elemento relevante de la pastoral litúrgica (n. 65).
Acústica: "Para favorecer la escucha de la Palabra de Dios no se han de descuidar aquellos medios que pueden ayudar a los fieles a una mayor atención. En este sentido, es necesario que en los edificios sagrados se tenga siempre en cuenta la acústica, respetando las normas litúrgicas y arquitectónicas (n. 68)
Canto litúrgico: "Para ensalzar la Palabra de Dios durante la celebración litúrgica, se tenga también en cuenta el canto en los momentos previstos por el rito mismo, favoreciendo aquel que tenga una clara inspiración bíblica y que sepa expresar, mediante una concordancia armónica entre las palabras y la música, la belleza de la palabra divina. En este sentido, conviene valorar los cantos que nos ha legado la tradición de la Iglesia y que respetan este criterio. Pienso, en particular, en la importancia del canto gregoriano (n. 70).
Atención a los discapacitados: "El Sínodo ha recomendado prestar una atención especial a los que, por su condición particular, tienen problemas para participar activamente en la liturgia, como, por ejemplo, los discapacitados en la vista y el oído (n. 71).
La animación bíblica de la pastoral: "El Sínodo ha invitado a un particular esfuerzo pastoral para resaltar el puesto central de la Palabra de Dios en la vida eclesial, recomendando incrementar la "pastoral bíblica", no en yuxtaposición con otras formas de pastoral, sino como animación bíblica de toda la pastoral" (n. 73)
Dimensión bíblica de la catequesis: "La actividad catequética comporta un acercamiento a las Escrituras en la fe y en la Tradición de la Iglesia, de modo que se perciban esas palabras como vivas, al igual que Cristo está vivo hoy donde dos o tres se reúnen en su nombre (n. 74).
Lectio Divina: "En los documentos que han preparado y acompañado el Sínodo, se ha hablado de muchos métodos para acercarse a las Sagradas Escrituras con fruto y en la fe. Sin embargo, se ha prestado una mayor atención a la lectio divina, que es verdaderamente capaz de abrir al fiel no sólo el tesoro de la Palabra de Dios sino también de crear el encuentro con Cristo, Palabra divina y viviente" (n. 87).
Palabra de Dios y Tierra Santa: "Los Padres sinodales han recordado la feliz expresión en la que se llama a Tierra Santa 'el quinto Evangelio'. Es muy importante que, no obstante las dificultades, haya en aquellos lugares comunidades cristianas. El Sínodo de los Obispos expresa su profunda cercanía a todos los cristianos que viven en la Tierra de Jesús, testimoniando la fe en el Resucitado" (n. 89).
Anuncio y nueva evangelización: "Tantos hermanos están bautizados, pero no suficientemente evangelizados. Con frecuencia, naciones un tiempo ricas en fe y vocaciones van perdiendo su propia identidad, bajo la influencia de una cultura secularizada. La exigencia de una nueva evangelización, tan fuertemente sentida por mi venerado Predecesor, ha de ser confirmada sin temor, con la certeza de la eficacia de la Palabra divina" (n. 96).
Testimonio: "La Palabra de Dios llega a los hombres por el encuentro con testigos que la hacen presente y viva" (n. 97).
Compromiso por la justicia: "La Palabra de Dios impulsa al hombre a entablar relaciones animadas por la rectitud y la justicia; da fe del valor precioso ante Dios de todos los esfuerzos del hombre por construir un mundo más justo y más habitable" (n. 100).
Derechos humanos: "Deseo llamar la atención de todos sobre la importancia de defender y promover los derechos humanos de cada persona[...] La difusión de la Palabra de Dios refuerza la afirmación y el respeto de estos derechos (n. 101).
Palabra de Dios y paz: "En el contexto actual, es necesario más que nunca redescubrir la Palabra de Dios como fuente de reconciliación y paz, porque en ella Dios reconcilia en sí todas las cosas: Cristo 'es nuestra paz', que derriba los muros de división (n. 102).
Palabra de Dios y salvaguardia de la Creación: "El compromiso en el mundo requerido por la divina Palabra nos impulsa a mirar con ojos nuevos el cosmos que, creado por Dios, lleva en sí la huella del Verbo, por quien todo fue hecho [...] La arrogancia del hombre que vive 'como si Dios no existiera', lleva a explotar y deteriorar la naturaleza, sin reconocer en ella la obra de la Palabra creadora" (n. 108).
Internet: "En el mundo de internet, que permite que millones y millones de imágenes aparezcan en un número incontable de pantallas de todo el mundo, deberá aparecer el rostro de Cristo y oírse su voz, porque 'si no hay lugar para Cristo, tampoco hay lugar para el hombre'" (n. 113)
Diálogo interreligioso: "La Iglesia reconoce como parte esencial del anuncio de la Palabra el encuentro y la colaboración con todos los hombres de buena voluntad, en particular con las personas pertenecientes a las diferentes tradiciones religiosas, evitando formas de sincretismo y relativismo (n. 117).
Diálogo y libertad religiosa: "El respeto y el diálogo requieren, consiguientemente, la reciprocidad en todos los terrenos, sobre todo en lo que concierne a las libertades fundamentales, y en particular, a la libertad religiosa. Favorecen la paz y el entendimiento entre los pueblos » (n. 120).

Y... la vida consagrada, ya pasó de moda?



 


Es increíble como el tiempo se acelera, el consumismo compulsivo, los medios de comunicación, día a día nos encontramos con cosas nuevas que lo que habíamos adquirido ayer, se convierte en poco tiempo en un objeto obsoleto. En fin, esta sociedad nos impone ritmos acelerados, competencias y ambiciones que en ocasiones chocan con nuestra fragilidad.

No podemos negar que no nos gusta, pues la tecnología nos simplifica la vida, sin embargo experimentamos un malestar, pensemos cuanto se están difundiendo las enfermedades mentales, la depresión, la angustia, etc. En fin, vivimos mejor, pero no nos sentimos bien.

Ayer, escuché por primera vez el término "sociedad liquida" es un concepto del sociólogo Bauman, y que me pareció interesante porque define bien nuestra sociedad actual, para lo que todo es pasajero, donde no existe el sacrificio, la responsabilidad, donde todas las relaciones no son profundas, basta sentirse bien un momento y después cada uno puede continuar libremente su camino.
Lo importante para el hombre de hoy, es que sea enaltecida la propia individualidad, la autoafirmación a cualquier costo, de esto se encarga la publicidad, veamos solo cinco minutos los comerciales en la televisión y nos daremos cuenta que lo interesante es que triunfes y que te realices.
Ante estos fenómenos, los consagrados, somos llamados a dar una respuesta concreta. Pero… ¿qué podemos hacer? Y ¿cómo? Ayer, en el curso: "la Suora nell'epoca digitale", concluimos con una definición que me sacudió, “la religiosa, es aquella que es capaz de entrar en relación con el límite del otro.
En este contesto, los consagrados, a través del encuentro real con el otro y la proclamación de valores mas grandes, como el amor oblativo y la fidelidad, representadas de una clara identidad, no son solo testimonios de la potencia de la Secuela de Cristo, sino que representan un modelo sano de vida, de comunión, tan necesario en esta sociedad.
Además los religiosos no vivimos en Marte, sino en esta sociedad, en esta época y estamos radicados en este mundo, por lo que afrontar los problemas de este tiempo es una necesidad y un desafío, tanto a nivel personal como comunitario.

La comunidad es respuesta a la crisis de las relaciones interpersonales, porque nos hace capaces de vivir la unidad en la diversidad y de crecer y santificarnos juntos, de compartir las alegrías y preocupaciones, los afectos y amistades, la oración y la eucaristía.
Sin embargo, se necesita valor, entusiasmo y humildad,  para salir del  individualismo, de dejar el “yo” para dar paso a un “nosotros”

Angeles Uribe

Novicias


El sí de la madurez





«Es fácil dar un sí generoso cuando se es joven, cuando no se han tenido pruebas, cuando la vida ha transcurrido acompañada de situaciones favorables, y las pequeñas dificultades encontradas se han superado con facilidad. Pero en un cierto momento nos damos cuenta que somos insuficientes. Nos creíamos capaces de hacer, de convencer, de construir, y experimentamos nuestra incapacidad.

Esperábamos encontrar confianza, que todo fuera fácil, sencillo… y nos encontramos con personas muy complicadas. Entonces nos viene una sensación de cansancio. Es el Señor quien purifica en un 99%. Quita la presunción, la seguridad que ponen en ustedes más que en el Señor. Quita la idea de que el bien se puede realizar fácilmente, mientras que deben experimentar que el bien se realiza con sacrificio, con muchas lágrimas y algunas veces, hasta con derramamiento de sangre. El Señor les deja sólo el 1%, pero con él harán cosas maravillosas. Y entonces el eventual cansancio no es contrario a la vocación: es prueba de la originalidad de la vocación, un signo de que son llamadas para algo grande.

Recuerden que hasta que no experimenten esta purificación, el Maestro Divino no les confiará una gran misión para desempeñar. Si quieren producir fruto, recuerden que el Padre Celestial les podará. El sarmiento que no da fruto será cortado, y aquel que produce fruto será podado: es el Evangelio.

Cuando llegue el tiempo en que podrá hacerles experimentar el anonadamiento de ustedes mismas, recuerden que ha llegado el momento de decir el segundo SI: consciente, generoso, despojado de todo lado humano. Esta es la verdadera entrega de ustedes mismas: entonces no existirá más el sentido de vanidad, sino sólo la búsqueda de la gloria de Dios. El Señor ha considerado que ha llegado el momento de hacerlas madurar, de darles esta profundidad y de hacerlas verdaderamente fructuosas en el camino de Dios.

Recuerden que deben pasar por esta prueba de purificación, Y esta obra de purificación que cumple el Señor es el segundo "SI" de su vida religiosa, y diría, que es el sí que verdaderamente vale. Han comenzado con generosidad en la vida religiosa y han encontrado desilusiones. Recuerden que deben sufrir aún más en la Congregación, por su causa: serán las hermanas, las superiores, las mismas obras cumplidas, que las hagan sufrir, llevándolas a un sentido de cansancio y de desilusión.

Ha llegado entonces el momento de dar al Señor el segundo SI»
  

P. Alberione

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