
En una ocasión un rey llamó a sus servidores y los envió a invitar a todos sus súbditos a una fiesta que iba a organizar para celebrar el cumpleaños de su hijo, su único hijo.
Sus empleados fueron a todos los rincones del reino invitando a todos los pobladores, no sin antes insistir en que la fiesta estaría muy surtida de bebidas y comidas. Se habían escogido los mejores vinos y las más sofisticadas carnes.

El día de la fiesta los invitados empezaron a llegar con sus mejores galas, en los carruajes más sofisticados y las joyas más preciosos. Todos llevaban regalos envueltos en lindos papeles.

La mesa principal estaba servida y ahí estaba el Rey y su hijo, contentos de ver tal concurrencia.
De pronto los convidados empezaron a intercambiarse los regalos entre ellos, se abrazaban, se besaban y se deseaban parabienes entre sí, pero al cumpleañero no le entregaban nada, ni un regalo, ni un abrazo, ni una palabra.
Así sucedió y todos los que trajeron algún regalo para el cumpleañero disfrutaron del banquete en compañía de Rey y su hijo.


Preguntas para comentar:
¿Qué celebramos en Navidad?
¿Quién es el cumpleañero de la Navidad?
¿Qué regalo le vas a entregar al cumpleañero?
¿Has asistido a alguna celebración navideña donde el nombre de hijo de Dios ha sido olvidado por los asistentes?
¿Creés que debemos de recordar en la fiesta o cena donde estemos en Navidad que el cumpleañero es el hijo de Dios y que algo debemos de entregarle como regalo?
¿Creés que esto te puede dar pena decirlo en la fiesta de tú casa o con tus amigos?